martes, 9 de agosto de 2016

Su vida se posa en nuestra alma y canta la melodía de la esperanza... Reseñas, twitters y algo más

Caricatura de Ray @rayilustra
Después de colocar la última pieza del rompecabezas de la vida de Txus, quiero expresar mi agradecimiento a todos aquellos que me expresaron su dolor y su tristeza cuando murió. A sus amigos entrañables, a mis amigos, a su familia, a mi familia y a todos los que me brindaron unas palabras de consuelo y de apoyo en este difícil momento.
Txus era muy querido, querido con sinceridad, honestamente, su vida fue rica en afectos, una vida entregada al bien de los otros, no solo sus obras como la fundación de Amnistía Internacional  en Venezuela o El Amigo del Libro hablan de esto, también su dedicación, preocupación y entrega a todas la personas que formaron parte de su vida. A lo largo de su vida influyó  positivamente en muchos, transformó la vida de otros y fue un ejemplo de vida para todos. Su falta de interés por los bienes materiales, su apego a sus principios, su entrega incondicional para aquellos que tuvieron el privilegio de ser parte de sus afectos, su existencia dedicada a los demás fue y será un ejemplo de vida.
Nadie jamás tuvo palabras de crítica, nadie jamás podrá expresar un aspecto negativo, nadie podrá recordar con palabras destempladas alguna situación sobre su vida o su calidad como ser humano. Un profesor y amigo jesuita se acercó a mí después de oficiar una misa a su nombre y me comentó: “Txus ha sido la única persona que he conocido que más se ha acercado a mi idea de santo”.  Una santidad no basada en una idea de dios, sino una santidad basada en el humanismo, en una total fe en la perfectibilidad del ser humano. Con una ética, moral y compromiso total cuyo fin fue siempre  mejorar la vida de los otros.
Personas como él son escasas en un mundo donde el individualismo, el egoísmo y la falta de ética campean. Personas como él son la excepción y son las que nos ayudan a conservar la esperanza … esa cosa con plumas, como decía Emily  Dickinson, que se posa en el alma y canta la melodía sin palabras, que nunca cesa.” La vida  de Txus y su ejemplo se posará en nuestras almas, junto a la esperanza y nos recordará sin cesar que con trabajo, dedicación y compromiso  la esperanza de un mundo mejor es posible

Fueron muchas las reseñas  que aparecieron en la prensa nacional, todas, básicamente, apoyadas en la nota de prensa de Amnistía Internacional, la cual transcribo:


Publicado por Equipo de Prensa el 18 de Febrero de 2016 a las 6:18pm en Derechos Humanos en Venezuela

Marcos Gómez, Director de Amnistía Internacional Venezuela, anunció hoy a través de su cuenta de Twitter el sensible fallecimiento ayer, 17 de febrero de 2016, de Jesús Dolara, Fundador de Amnistía Internacional Venezuela, visionario que se destacó por su lucha de vida incansable a favor de los derechos humanos en toda América Latina y el mundo. Se trata de un acontecimiento que entristece a mucha personas, en tanto la labor de "Chus", como era conocido por todo su entorno, estuvo estrechamente ligada a los orígenes en general de las organizaciones de la sociedad civil en el país y el continente.
Nació en Bilbao, España, y se marchó para Venezuela en los años 50 a la edad de 26 años. Ingeniero químico, contaba sólo con su juventud y tres amigos de su edad quienes le acompañaron en su viaje con la idea de continuar su resistencia al franquismo.
En 1975 fundó en Caracas el primer grupo de Amnistía Internacional en América Latina para trabajar a favor de los derechos humanos en general. Para ese momento, Venezuela era prácticamente la única democracia de Latinoamérica; entonces el movimiento recién creado actúa en campañas a favor de casos de personas en peligro, principalmente perseguidos por las dictaduras latinoamericanas, salvando cientos de vidas, como la del Senador argentino Hipólito Yrigoyen, quien había sido detenido por la Junta Militar de Videla, y fue uno de los primeros casos que atendió Amnistía Internacional Venezuela. Acciones similares fueron tomadas en diferentes oportunidades, por ejemplo, a favor de las poblaciones indígenas que estaban siendo arrasadas en Guatemala a consecuencia de la Guerra Civil. Jesús Dolara se mantenía al frente de todas estas luchas.
En este sentido, uno de los aportes más valiosos de Jesús Dolara fue el de haber logrado trabajar de la mano de las fuerzas sociales de todas las tendencias, estableciendo a través del ejemplo el compromiso con la imparcialidad, que ha posicionado a Amnistía Internacional como una organización respetada por todos y que deviene en una herramienta invaluable a la hora de conseguir resultados.
Al inicio de la labor de activismo de Jesús Dolara, era la época de las cartas. Para aquella época se escribían miles de cartas a los gobiernos donde había represión. Jesús Dolara se encargaba de que personas importantes las firmaran para que fueran tomadas en cuenta, relacionándose lo largo de su vida, e influenciando, a figuras nacionales e internacional que de una u otra manera se movilizaron por su causa, de la talla de Gabriel García Márquez.  
Jesús Dolara posteriormente fue pionero en la organización de conferencias especializadas en derechos humanos, por ejemplo dictadas por médicos internacionales hablando en Venezuela sobre las señales que quedan en el cuerpo de las personas que sufrieron torturas a fin de ayudar en las pesquisas.
De la mano de Jesús Dolara, Amnistía Internacional Venezuela fue tomando el cuerpo y la forma que tiene en la actualidad, a la búsqueda de un impacto masivo, buenamente fundamentado en la educación en derechos humanos.
Amnistía Venezuela no fue sólo la primera sección de Amnistía en América Latina sino también la primera organización de derechos humanos de Venezuela, y es probable que uno de los mayores aportes de Jesús Dolara a largo plazo sea la cimentación del movimiento de la sociedad civil organizada en el país. La Amnistía Internacional de Jesús Dolara fue una escuela para cientos de defensores y de defensoras de derechos humanos cuyos aportes son invaluables en la actualidad. Ligia Bolívar, una de las primeras activistas de la organización, posteriormente funda el Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (PROVEA) que actualmente cuenta con una alta credibilidad en amplios sectores sociales del país. Las relaciones se establecieron con todas las organizaciones que iban naciendo, como por ejemplo con el Comité de Familiares de las Víctimas de los sucesos ocurridos entre el 27 de febrero y los primeros días de marzo de 1989 (COFAVIC). Hoy en día las alianzas de Amnistía Internacional Venezuela cubren el espectro total de las organizaciones no gubernamentales del país, desde el Foro por la Vida hasta la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz.
Jesús Dolara, deja de manera activa en 1994 a Amnistía Internacional para pasar su jubilación en Acarigua, Estado Portuguesa, donde falleció tranquilamente a una edad venerable rodeado de su familia y seres queridos.

Otro artículo que se publicó nuevamente fue

Publicado por Víctor Molina Valladares el 16 de Julio de 2014 a las 5:30pm en CALM Motivación

Atormentado por los recuerdos de la Guerra Civil Española, en la que casi toda su familia murió a consecuencia de los bombardeos contra La República, y asfixiado por la subsecuente dictadura de Francisco Franco; Jesús Dolara decidió marcharse de su Bilbao natal rumbo a América en los años 50. Ingeniero químico, contaba sólo con su juventud (26 años) y tres amigos de su edad quienes le acompañaron en su viaje a Venezuela con la idea de continuar su resistencia al Franquismo. Más de 60 años han pasado pero el Señor Dolara aún conserva un marcado acento vasco, su pasión por el fútbol (que practicó desde muy joven) y por la lectura (que arrancó con los tebeos, como buen español), así como su compromiso por la justicia, compromiso que lo llevó en 1975 a fundar el primer grupo de Amnistía Internacional en América Latina.
Las palabras a continuación nos las ofrece en el apartamento de un amigo en Los Palos Grandes, Caracas, donde está de paso por motivos médicos en tanto actualmente vive lejos de la Capital. Las personas afables como él, con una vida dedicada al servicio a los demás, suelen hacerse de amistades incondicionales en todas partes. En la medida que relata su camino salen a resaltar figuras que de una u otra manera se movilizaron por su causa, diversísimas, como Gabriel García Márquez y Sofía Imber, así como una serie de modismos venezolanos. No hace falta hacerle muchas preguntas al Sr. Dolara para que dé rienda suelta a su narrativa, sustentada en una memoria de elefante. A veces diáfano, a veces es necesario leerlo entre líneas.
Franco muere en el 75; no lo matamos, se muere ¡Jajaja! Los vascos aquí en Caracas, amigos, porque íbamos al Centro Vasco hermoso, que conspirábamos contra el dictador aquel que ya tenía casi 40 años de dictadura, lógicamente ya estábamos sensibilizados a favor de los derechos humanos,  –y con la muerte del “Generalísimo” huérfanos de una causa qué atender –entonces representantes de Amnistía de Londres hacen contacto con nosotros los que estábamos en esta vaina antifranquista y les manifestamos que teníamos deseos de participar en esta cosa que era Amnistía. Nos lo aprueban y este grupo crece vertiginosamente, convirtiéndose en un grupo multinacional. Venezuela era prácticamente la única democracia de Latinoamérica y recibía a todo el mundo que venía escapado: argentinos, uruguayos, paraguayos, chilenos, colombianos, guatemaltecos, brasileros ¡No te puedes hacer idea! Fuimos recibidos en el país por todos los sectores con una gran generosidad.
A partir de ahí el movimiento recién creado actúa en campañas a favor de casos de personas en peligro, principalmente perseguidos por las dictaduras latinoamericanas, salvando cientos de vidas. Teníamos varios grupos y cada grupo manejaba tres casos de presos de conciencia. El Senador argentino Hipólito Yrigoyen, quien había sido detenido por la Junta Militar de Videla, fue uno de los primeros casos que atendió Amnistía Venezuela.
Corría peligro de que lo matasen o cualquier cosa y nos llamaron de Londres a ver si podíamos hacer algo. Fuimos entonces aquí en Venezuela al Congreso de la República. Queríamos buscar un acuerdo entre todas las fuerzas que hacían vida política y el Congreso en pleno aprobó una resolución pidiéndole a Argentina la libertad de Hipólito Yrigoyen. Al día siguiente Hipólito Yrigoyen estaba en la calle.
Acciones similares fueron tomadas en diferentes oportunidades, por ejemplo, a favor de las poblaciones indígenas que estaban siendo arrasadas en Guatemala a consecuencia de la Guerra Civil de ese país.
En el Secretariado Internacional de Amnistía quedaron impresionados porque no es tan fácil en esos países de Europa ir al Congreso ¡Estuve en Londres dos meses y fui al Parlamento con uno de la Sección Británica de Amnistía y aquello era un ritual de película para ver a un par de parlamentarios o así; aquí en cambio entrabas por la puerta grande! 
En este sentido Amnistía trabaja de la mano de las fuerzas políticas de todas las tendencias, naciendo así su sacrosanto compromiso con la imparcialidad política, que la posiciona como una organización respetada por todos y que deviene en una herramienta a la hora de conseguir resultados a través de lo que se denomina "lobby".
En una oportunidad leímos en el periódico que Argelia Laya ( Diputada del Movimiento al Socialismo, el MAS)  es invitada por Gadafi a visitar Libia y ¡Concho, es la nuestra, uno de los presos de conciencia de Amnistía era un estudiante de Bengasi en Libia, detenido por manifestar contra Gadafi y lo iban a fusilar! Rápidamente hablamos con Argelia y le entregamos una carta para que se la entregara a Gadafi. Ella nos dijo: “no hay problema, yo la llevo” y así fue. El muchacho se salvó. Así eran las cosas.
Integrantes de Amnistía Venezuela se colaban a las reuniones de la Internacional Socialista a través de sus contactos con Acción Democrática, como es de suponer; sin embargo, Dolara comenta por otro lado: Todas las semanas visitaba a José Vicente Rangel –en aquel entonces del Partido Comunista –que claro está nunca me firmó una carta si no era para gente de la izquierda con la que él estaba de acuerdo, jamás una carta para un preso que estuviera en la Unión Soviética o cualquiera de esos otros países. Para esos casos eran reservados los contactos con la social democracia.
La sección funcionaba con éxito por la recepción que teníamos aquí en Venezuela. Aquí nos daban los instrumentos. Tenemos que agradecerle al país y a nuestro esfuerzo, que teníamos mucha mística y que prácticamente no teníamos competencia, jajaja. Había una que otra organización en el marco de los derechos humanos ligada a partidos políticos, pero sólo para los suyos. La visión de Amnistía es la de que todos tienen derechos humanos, no que sólo lo tienen tus amigos.
 Ferreira Aldunate
Un caso en particular emociona especialmente a Jesús Dolara, el de Wilson Ferreira Aldunate, agricultor y político uruguayo, uno de los más ácidos censores de la dictadura cívico-militar de su país.
Ferreira Aldunate fue el último candidato a las elecciones en Uruguay por el Partido Nacional, pero esas elecciones no llegaron a celebrarse; los militares habían tomado el poder. Ferreira Aldunate y su familia estaban escondidos en Buenos Aires y Amnistía de alguna manera tomó conocimiento de que iba a ir un agente de Uruguay a matarlos a todos. Buenos Aires no era seguro para ellos porque las relaciones entre Videla y los militares uruguayos eran perfectas.
Al tiempo que ocurría esto en el cono sur, en Caracas se estaba celebrando una reunión de la Internacional Socialista, con personajes de la política de primera línea de todo el mundo.
Era la oportunidad de actuar por Ferreira Aldunate y su familia.
Hicimos contacto con el jefe de la logística del evento. No fue fácil entrar, había mucha seguridad. Éramos tres y recuerdo que a uno no lo dejaron pasar ¡Jajaja! Queríamos que la reunión aquella tomara una resolución por la seguridad de Ferreira Aldunate y su familia. Conseguimos hablar entre otros con el Canciller de Alemania Willy Brandt –Premio Nobel de la Paz 1971 –quien era digamos el de mayor jerarquía. También hablamos con Bruno Kreisky, el Canciller de Austria en aquel entonces.
Al día siguiente, dos carros llegaron al mismo tiempo al lugar donde estaban Ferreira Aldunate y su familia. Uno era de la Embajada de Venezuela y el otro de la Embajada de Austria. Recogieron a Ferreira Aldunate y a su familia, los llevaron al aeropuerto y los sacaron de Buenos Aires a Caracas. De ahí se fueron a Londres.
Esto fue en el año 76. En el 77 el Secretariado Internacional de Amnistía me envía a una Reunión de los Pueblos de América Latina organizada por la social democracia en Panamá. En la reunión doy un breve discursito diciendo qué era Amnistía, todas esas cosas. Entonces me devuelvo al sitio donde estaba sentado para que continuasen los demás oradores y detrás de donde estoy hay un muchacho joven (veintitantos años podía tener) me toca el hombro y me dice “Soy el hijo de Ferreira Aldunate; ustedes salvaron a toda mi familia”.
En ese momento preciso del relato el Sr. Dolara por un instante abandona su usual amenidad y permite que se le quiebre la voz.
En el 78, conocí a Ferreira Aldunate en una reunión en Londres. No me dijo absolutamente nada. Curioso porque justo después de que conseguimos que lo sacaran de Argentina recibimos un cheque por 100.000 dólares para continuar con nuestra labor a favor de los derechos humanos. Hazte a la idea de cuánto era ese dinero en los 70. La donación era una cosa como secreta, pero era evidente que el donante era el mismo Ferreira Aldunate. Él tenía plata. Un hombre es capaz de dar 100.000 dólares y no es capaz de dar las gracias verbalmente.
¡Éramos campeones! Responde Jesús Dolara cuando se le pregunta por las campañas de entonces
Era la época de las cartas, para las campañas en aquella época se escribían cartas a los gobiernos donde había represión. Buscábamos a personas importantes que las firmaran para que fueran tomadas en cuenta: diputados, sindicalistas, el clero…
La organización al poco de fundada se instala en la Plaza Morelos, en la sede del Ateneo de Caracas gracias a su fundadora María Teresa Castillo (destacada activista, periodista y diputada, con una amplia trayectoria en la cultura) personaje que siempre firmaba las cartas de Amnistía. A partir de ahí se le suma al movimiento la intelectualidad, empezando por los Otero, desde luego.
Exposiciones de carteles de Amnistía en el Museo de Arte Contemporáneo, conferencias dictadas por médicos internacionales hablando en Venezuela sobre las señales que quedan en el cuerpo de las personas que sufrieron torturas a fin de ayudar en las pesquisas; se elaboran publicaciones... La organización va tomando el cuerpo y la forma que tiene en la actualidad, a la búsqueda de un impacto cada vez más masivo. Abajo, un cartel de ese momento, “Presos en Venezuela” de Eneko de las Heras, que pone de manifiesto los motivos de preocupación de Amnistía Internacional sobre las condiciones de los privados de libertad en Venezuela durante la década de 1990. 
El Sr. Dolara nos comenta que para las primeras décadas de Amnistía Venezuela era fundamental la educación en derechos humanos puesto que, si bien la organización tenía acceso al congreso y a los sindicatos, la gente no estaba familiarizada con qué eran en realidad estos instrumentos ni su importancia. El Congreso nos recibía, la Comisión de Derechos Humanos, íbamos a sus reuniones, ahí planteábamos, teníamos la ventaja de conocer de derechos humanos porque normalmente solía haber una o dos personas que sabían algo, porque el resto de los ocho o diez miembros de la comisión, ni idea.
 Escuela de los derechos humanos
Amnistía Venezuela no fue sólo la primera sección de Amnistía en América Latina sino también la primera organización de derechos humanos de Venezuela, y es probable que uno de sus mayores aportes a largo plazo sea la cimentación del movimiento de la sociedad civil organizada en el país. Amnistía fue una escuela para cientos de defensores y de defensoras de derechos humanos cuyos aportes son invaluables en la actualidad. Ligia Bolívar, siendo de las primeras miembras de la sección, posteriormente funda el Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (PROVEA) que actualmente cuenta con una alta credibilidad en amplios sectores sociales del país. Bolívar actualmente dirige el Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello.
Mensaje al futuro
Jesús Dolara, quien vivió de primera mano el nacimiento de la democracia en Venezuela mientras trabajaba en los campos petroleros de oriente (recordemos que de profesión es en realidad Ingeniero Químico), tuvo siempre una estrecha relación con el interior del país. Deja Amnistía de manera activa en 1994 para pasar su jubilación en Acarigua, Estado Portuguesa, donde sin embargo se dedica posteriormente a poner a disposición de la colectividad su colección de más de 15.000 libros a través de una biblioteca pública creada por él.
Ahora que me encuentro al final de mi vida no cuento con una gran fortuna económica pero sí con la satisfacción de haber ayudado a los demás.
La biblioteca tuvo que cerrarla recientemente a raíz de una caída que afectó su rodilla y que lo obliga a movilizarse con muletas.
La última participación del Sr. Dolara en un evento de Amnistía se suscitó en octubre de 2011, durante la inauguración de la exposición de fotografías contra la violencia hacia la mujer “Retratos contra el maltrato”, en el Museo de Arte de Acarigua-Araure, donde como invitado dio unas palabras.
Al final de la entrevista el Sr. Dolara gusta de dejar la siguiente reflexión a las personas que actualmente se encuentran en Venezuela luchando en la causa de los derechos humanos:
La situación del país cuando teníamos tanta ayuda ahora no creo que sea así. Ahora ustedes tienen que buscar sus maneras. Sí tener mística, a veces cuando uno está mucho en una cosa la repetición hace de lo que hacemos un acto rutinario y se pierde un poco la mística. Eso sucede en todo, un cura que dice misa por más de 50 años posiblemente no tenga la misma cuestión de cuando salió del seminario, todo trabajo reiterativo… hay que luchar contra la pérdida de la mística. Eso es lo que da fuerza a cualquier trabajo.
Y, como no podía ser de otra manera, lo remata hablando La Copa del Mundo de fútbol de Brasil.
La sección española que montó la torta ¿Qué les ha pasado? Se han hecho rutinarios, juegan mecánicamente. –En cambio –Tú veías como corrían los chilenos ¡corrían! Si se caían se levantaban, no estaban esperando a nadie que los ayudara, los españoles se caían y para cuando se levantaban ya había un gol chileno.
http://www.amnistia.ong/profiles/blogs/jesus-dolara?context=tag-jes%C3%BAs+dolara


Otro reconocimiento importante fue:

El Informe Anual 2015 de Provea ha sido dedicado a dos defensores de Derechos Humanos que son referentes para la causa de la justicia y la igualdad: Jesús Dolara (Chus), fundador de Amnistía Internacional Venezuela y pionero en la lucha por los derechos humanos en nuestro país y Berta Cáceres líder indígena lenca, feminista y activista del medio ambiente hondureña, asesinada por su defensa de los demás el 03.03.2016.

http://www.derechos.org.ve/informe-anual-2015/

y muchos tuits en twitter ver:
https://twitter.com/search?q=fallece%20jesus%20dolara&src=typd

No podía concluir este breve bosquejo de la vida de Txus sin dar las gracias a todos y compartir  las reseñas mas importantes que se publicaron. gracias a todos.

domingo, 7 de agosto de 2016

Creí que el amor sería eterno, pero me equivoque…

…Él era mi Norte, mi Sur, mi Este y mi Oeste,
Mi semana de trabajo y mi descanso dominical,
Mi mediodía, mi medianoche, mi palabra, mi canción;
Creí que el amor sería eterno, pero me equivoque…
Auden
En el Museo San Telmo Donosti

Me ha costado mucho escribir este post. Es el último sobre la intensa y plena vida de Txus. Lo he iniciado muchas veces y lo he dejado. Es como si llegar al término del relato de su vida represente otra gran perdida. Sé que es absurdo, sé que ya no está conmigo, pero contar su vida me ha permitido prolongarla, disfrutar algunos meses más de su presencia, compartir con la evocación y el recuerdo más momentos con él. Sé que este cierre no será el definitivo y sé también que como decía François Mauriac “La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo…”
Muchas veces he sentido que este cúmulo hilvanado de palabras nunca logrará expresar cabalmente su vida, nunca hará que los que lo lean lo preserven en su memoria, nunca será más que  un intento fallido por condensar en algunas entradas a un ser humano maravilloso, por organizar mediante la limitada posibilidad de las palabras ese montón de espejos rotos, de formas inconstante, de memoria que según Borges nos convierte en lo que somos.  He tratado de armar el rompecabezas de la vida de Txus y hoy colocó las últimas piezas.
Los últimos años de Txus, no fueron muy diferentes a los que le precedieron, solo que ahora su fortaleza física y su actividad constante se vieron limitados por los estragos y el deterioro normal del paso del tiempo. A esta condición natural se sumó una caída que lo obligó a caminar en bastones hasta casi el final de su vida. Esta incapacidad de movilizarse libremente le obligó a cerrar “El Amigo del Libro” definitivamente. El cerrar el lugar que tantas satisfacciones le había dado lo entristeció momentáneamente, pero si algo había aprendido a lo largo de su vida es que todo es efímero.
Su limitación física no nos impedía viajar y cada año visitamos a nuestra hija y  a su familia en el país vasco. La preparación del viaje nos ayudaba a evadirnos de la situación, cada vez peor, de Venezuela, su tiempo transcurría buscando libros para llevarle a Nerea en el próximo viaje, cuentos de su infancia, literatura sobre Venezuela y Caracas, en fin todo lo que considerará interesante para la niña o su pareja. Algunas mañanas íbamos al Club y se bañaba en la piscina, ya sin brazadas de nadador experto, pero si con la alegría y el relax que siempre sintió dentro del agua.
Plaza Unamuno Bilbao

En estos momentos de auténtica limitación física, lo que más lo ayudo a sobrellevarla fue su pasión por la lectura y la vejez generosa le permitía, gracias a una miopía que lo acompaño casi toda su vida, poder leer sin lentes. Leía al acostarse, al levantarse, mientras me esperaba en cualquier diligencia que me acompañaba, en las piscina... Semanalmente íbamos al centro comercial, donde esta la única gran librería de Acarigua, a comprar libros.  Entraba solo, mientras yo paseaba o compraba, y al volver de mis correrías siempre me detenía a contemplarlo, extasiado frente a las estanterías, revisando libros o sujetando los tres o cuatro que quería comprar debajo de su brazo. Al salir de la librería nos sentábamos en un banco y empezaba a mostrarme entusiasmado los tesoros que había comprado, siempre había uno para mí.  Durante toda su vida compartir lecturas y libros con la gente que quería era su auténtico placer. Ver su cara al describir lo que había adquirido, ver como se regodeaba  en el autor, en las críticas que había leído, era un deleite, siempre te lograba trasmitir su entusiasmo por el libro, por la lectura y por la vida.
Cuando íbamos de viaje siempre nos pedía que lo dejáramos ir solo a comprar libros, mientras nosotras, paseábamos o comprábamos. Nunca llegó puntual a la cita del reencuentro, al entrar en la Casa del Libro, La Central o FNAC  se le detenía el tiempo recorriendo sus pasillos, revisando o leyendo sus libros en los mullidos sillones o buscando con su olfato entrenado algún tema que le interesaba, una obra o algún autor  particular. Para Nere y para mí las librerías, los libros, las ferias de libros… serán siempre un sinónimo de Chicho.  
diversos momentos y una de las librerías de Madrid que siempre visitaba 

Algo que lo lleno de alegría fue ver a nuestra hija madurar, personal y profesionalmente, verla conformar una pareja, asumir responsabilidades. Después de estar o hablar con ella dedicaba unos minutos a comentar, a saborear con re gustico el enorme amor que sentía por ella y la felicidad que siempre le había dado. Cuando regresábamos a Venezuela se desvivía por consolarme y consolarse hablando de las ventajas de que se hubiera ido y de lo poco o nada que ofrecía este país para los jóvenes.
Despedida en Barajas
El acontecimiento positivo más relevante de su último año fue asistir a la boda de Nere y sentirse plenamente satisfecho en su rol como padre. Ver como esa niña que arrullo con cuentos desde que nació, que llevó al cine, al teatro, a museos, que acompañó a los primeros días de colegio, a todos los actos culturales, a todas sus graduaciones, a todos sus logros, que consoló en sus tristezas, en sus llantos, que ayudó a mitigar los miedos nocturnos se había convertido en una mujer que asumía su vida de adulto con una sonrisa en el rostro, con un gran equilibrio emocional, consciente de sus responsabilidades y sobretodo con  claridad sobre lo que quería y esperaba de la vida.
boda de Nerea
Llegamos en septiembre de un viaje cargado de muchas emociones, de cambios trascendentes  y continuamos con nuestra vida. una vida agradable dentro de las circunstancias que solo opacó la muerte de mi papá dos años antes y su fatídica y ultima caída el 31 de diciembre.
A Txus le afecto mucho la muerte de mi papá, mi familia era su única familia en Venezuela y la pérdida de mi papá, un hombre contemporáneo con él, le hizo pensar y reflexionar sobre la muerte, desde ese momento la vio como una posibilidad real que no tardaría en llegar.  Digo esto porque muchas veces me comentaba sobre momentos felices, sobre situaciones concretas, y si bien él era un narrador nato, su forma de rememorar se parecía más a un recuento que al simple relato de una situación. Era como si estuviera haciendo un balance de su vida y siempre concluía que a pesar de su infancia terrible se consideraba un hombre dichoso, feliz y que esta sensación de bienestar era por nosotras, por Nerea y por mí, las personas que más quería y las que más lo habían querido.

Llego diciembre, las cenas familiares, la entrega de regalos, que en el caso de Txus eran siempre libros, y su caída.
Se cayó en las primeras horas del 1 de enero de 2016. Nos dimos cuenta inmediatamente que se había partido la clavícula y temprano en la mañana fuimos a la clínica, le hicieron las radiografías que confirmaron el diagnostico, le inmovilizaron el brazo y teníamos que regresar en un mes para ver si había soldado, una operación podía ser peligrosa por su edad. Transcurrió el mes, entre lecturas y saliendo al patio en silla de ruedas, ya no podía movilizarse por sí mismo. Durante las primeras semanas mantuvo su optimismo, leía, comía bien, disfrutamos la toma de posesión de la nueva asamblea nacional, en fin la vida de siempre con un mayor grado de limitaciones. Me pedía que le llevara los bastones para poder caminar y yo lo complacía, pero no podía sostenerse con una sola mano, intentó con la andadera y tampoco podía mantenerse. Después de un mes encerrado en la casa, conmigo, sus libros y alguna visita eventual, el 3 de febrero salimos a la clínica y el médico nos informó que no se había soldado nada, desde este momento el estado de ánimo de Txus desmejoró enormemente y poco a poco se fue apagando.  No quería hablar con nadie, solo conmigo y con Nerea. Dormía mal, sobresaltado, inquieto, yo tomaba su mano entre las mías y la aferraba fuertemente hasta que se quedaba dormido.  Hacia un esfuerzo gigantesco para complacerme, lo llevaba al patio con libros, periódicos y le ponía música en euskera y coros vascos que siempre le deleitaron, pero poco a poco fue perdiendo toda alegría, las ganas de comer, no quería ni oír hablar de operarse, ni de volver al medico, pero lo que me alerto más fue su falta de interés por la lectura, no prestaba atención a los periódicos o a los libros, se sentaba en el patio con los ojos cerrados, sintiendo los rayitos de sol que pasaban entre las plantas.
última foto de Txus
El día que murió había hablado con Nerea y converso con mi hermana animadamente cuando vino a visitarlo. En la tardecita preparé su cena, la lleve al cuarto y la coloqué sobre la mesita. De pronto me comento que no podía respirar, yo baje todo y lo abrace, diciéndole “no te angusties, quédate tranquilo para que se pase”, él abrazado a mí, casi sin poder respirar, besaba mi mejilla, con un besito quedo, apenas perceptible y de pronto dejo de respirar…
Murió tranquilo, sin miedo, su muerte fue tan apacible como fue su vida.




domingo, 10 de julio de 2016

Vicisitudes de un Lector por naturaleza, librero por vocación y esposo/padre con devoción.

Después de dos meses fuera del  país, tiempo signado  de encuentros, añoranzas y recuerdos, continuo con el Blog que tanto me ha ayudado a ordenar, reconstruir y valorar la vida y la dicha compartida. “El pasado, decía Faulkner, nunca se muere, ni siquiera es pasado” es lo que nos da forma, nos define, nos hace ser.  El pasado es, simplemente, lo que somos.

Dibujo de David

Qué difícil es narrar la felicidad, que difícil es hablar de días tranquilos, sin sobresaltos. De días instalados cómodamente en la confortable rutina, en el quehacer cotidiano, tocados apenas por el desarrollo normal de la vida y el deterioro cada vez mayor del país.
En Araure Txus se sentía tranquilo, feliz.  Nere y yo siempre nos despertábamos antes y tomábamos café  y hablábamos,  hablábamos sin parar. Después despertaba a Txus que dormía plácidamente y pedía siempre “5 minutitos más”, después le llevaba café y se levantaba. Siempre comentaba que escucharnos hablar acurrucado en la cama era su alegría.  En los primeros años llevábamos a Nere al colegio y después caminábamos unos dos kilómetros tomados de la mano. Nos íbamos a tomar café con mis papás y comprábamos los dos periódicos más importantes del país. A las 9 am se encaminaba a “El amigo del libro”, atendía toda la mañana, buscaba a la niña en el colegio y almorzábamos todos juntos, hacia una breve y “sagrada”, siesta y en la tarde volvía nuevamente a atender a los asiduos visitantes que buscaban información,  consultaban libros o, simplemente, le pedían que narrará, hechos históricos, acontecimientos políticos, explicará teorías o, sencillamente, acudían a escucharlo hablar de su siempre certero análisis de la situación que vivía el país o el mundo. En la tardecita llegaba lleno de anécdotas y al contarlas, se entreveía  el placer que le producía esa ocupación que colmó la última etapa de su vida. 

Es que el hábitat natural de Txus eran los libros, desde sus tardes en el zaguán leyendo los tebeos o comiquitas que alquilaba en Bilbao, sus tristes domingos en el colegio refugiándose en la biblioteca que le protegía del abandono familiar, sus miles de libros que ocuparon todas las paredes de las casas que habitó y el espacio que fundó para compartir con todos su amor por los libros. En todas las etapas de su vida los libros estaban ahí, eran parte de él, eran su vida. Eran una prolongación de su mano. Leer, leer, leer…
Antes de dormir me leía, con voz queda y arrulladora, las lecturas y artículos que seleccionaba para mí. Cada noche de nuestra vida me leyó hasta que me quedaba dormida.  Cada noche de la infancia de la niña le leyó cuentos para dormirla y cada noche después de dormidas, leía durante horas, los libros que siempre estaban en su mesa de noche.  Libros que se sucedían vertiginosamente.

Entre libros y lecturas transcurría su vida y la nuestra. En nuestras tardes de dialogo siempre estaban presentes las lecturas que estábamos haciendo o los libros y autores nuevos, porque Txus siempre fue un librero por vocación. Como decía Somerset Maugham,  “Adquirir el hábito de la lectura y rodearnos de buenos libros es construirnos un refugio moral que nos protege de casi todas las miserias de la vida”  y eso fue lo que se construyó y construyó para nosotras un refugio indestructible que nos resguardaba y al mismo tiempo nos daba herramientas para enfrentar cualquier cosa.
El momento en  que Nerea se fue a la universidad, ensombreció un poco su felicidad pero al mismo tiempo sentía orgullo por la independencia y asertividad que demostraba la niña con apenas 17 años. Muchas emociones contradictorias le surgieron en ese momento, tenía miedo a no poder protegerla, tristeza por su partida, alegría por sus logros, confianza en su futuro y satisfacción por la educación, apoyo y el amor que le había brindado y que hasta el último momento le brindó.

En estos años algo que opacaba, también, su felicidad era la situación del país. Con una claridad de iluminado veía evidencias de destrucción de la democracia, la libertad y del país en muchas de las acciones que emprendía el gobierno. Desgraciadamente, el tiempo y las actuales circunstancias le dieron la razón. En “El amigo del libro” y en cualquier escenario posible no escatimaba en el empleo de los calificativos: autoritario, fascista, totalitario… para definir el gobierno. Una vez en la calle le grito a unos soldados que eran una “cuerda de fascistas y que volvieran a los cuarteles”. Su aspecto respetable y el afecto que generaba en la gente  lo protegieron siempre de estos comentarios a viva voz que no escatimaba en pronunciar frente a un radical rojo, rojito o un militar.
Un acontecimiento inesperado le trastocó la fortaleza física que siempre había demostrado. En el año 2003, después de dejar el carro en un taller e ir caminado y leyendo al mismo tiempo, se tropezó con uno de los miles de huecos o desniveles que tienen las aceras en este país y se partió el fémur, una rápida operación y una acertada prótesis le permitió al poco tiempo continuar con su vida normal, pero con un nuevo e imprescindible compañero un bastón. En ese momento se dio cuenta de su vulnerabilidad física, ya su cuerpo no respondía a la actividad física con la habilidad, que durante toda su vida de deportista, le había acompañado.  A pesar de su edad Txus caminaba, subía montes, nadaba de forma inagotable, mientras nosotras mostrábamos signos inocultables de agotamiento él siempre se veía fresco y descansado.
Dos años después se me presentó la oportunidad de trasladarme a Caracas para trabajar en Postgrado y me apoyó en la toma de esta decisión argumentando que tenía una vida profesional que desarrollar, que nuestro vínculo  era indestructible  y que él era feliz si yo lo era. Dejar a Txus fue duro y siempre que venía a Acarigua o él venía a Caracas al separarnos una profunda tristeza y culpa me embargaban. El continuó con sus hábitos, sus costumbres y su “Amigo del Libro”.

Para  inicios del nuevo milenio la  vida de Txus cambió. La lectura, como siempre, fue su refugió y lo protegió de estar separado de sus seres más queridos.  
Quiero resaltar que Txus era una persona feliz, pese a la separación y la situación del país. Los años de felicidad plena, nuestro amor, su hija, su ocupación al servicio de la comunidad le dieron fortalezas emocionales imbatibles, lejos quedo el niño que con estupor miraba la vida como una serie de eventos desafortunados. 

domingo, 17 de abril de 2016

El amigo del libro

portada de 7 días del 26 de agosto de 2007
Este post no tiene nada que ver con lo que he publicado hasta el momento, simplemente recoge la entrevista en El Nacional que le hizo Albinson Linares y que quiero compartir con ustedes para que vean la calidad y calidez de Txus y de su importante labor en esta ciudad. 

a continuación comparto el texto del articulo

El vasco que comparte su amor por los libros
"Yo sí hago la revolución, porque creo cultura" Jesús Dolara es el dueño de El amigo del libro, peculiar establecimiento de Acarigua, donde los ciudadanos pueden alquilar a precios "filantrópicos" libros de interés general y raros volúmenes de las más diversas áreas del saber
Hace unos minutos, gruesos goterones se precipitaron sobre las calles de Acarigua, arrancándole al asfalto su alma de vapor caliente. Los árboles umbrosos de la plaza Andrés Eloy Blanco se alzan con rebeldía ante el cielo gris. Al fondo, el liceo Páez ofrece su mole cuadrada que brilla bajo el tímido sol de este agosto llanero repleto de lluvia. Esta es la vista que se tiene desde El amigo del libro, recinto de modestas proporciones donde el sabio vasco Jesús Dolara ofrece a la comunidad todo el conocimiento que albergan los lomos de más de 10.000 volúmenes. Desde hace 13 años, esta peculiar biblioteca ofrece un servicio inédito en la Venezuela de estos tiempos: el alquiler de libros. Reclinado en el largo mesón donde los estudiantes suelen investigar, Jesús Dolara juguetea con su barba cana mientras se sumerge en los recuerdos. Rememora una España que en 1934 vivía el efímero ensayo de la democracia republicana: "Cuando tenía seis años, cerca de donde vivía, en la ciudad de Bilbao, había una viejita que tenía una venta de cómics en un zaguán. Había unos cinco o seis banquitos pequeños; allí los niños nos sentábamos, y nos alquilaban la lectura de los cómics. Recuerdo que me leí todo Flash Gordon. Cuando crecí, luego de la Guerra Civil, también le alquilaba novelas a una señora en otro zaguán". Hombre de variados intereses que recuerdan a los eruditos renacentistas, Dolara ha cultivado a lo largo de sus 79 años de edad el amor por el conocimiento. Ingeniero de profesión, padece los rigores de una pasión donde el saber científico y humanístico forjaron el tierno maridaje evidenciado en su colección de libros dedicados a las ciencias puras, Historia, Filosofía, Economía, Política y Literatura: "En un principio, adoraba los libros; eran un fetiche. No sólo eran mi alimento cultural, sino que también eran mis dioses. Cuando se me rompía uno, era una tragedia. Ahorita gozo cuando veo que mis libros se están estropeando por el uso. Cuando me jubilé y vinimos para acá, llegué a la conclusión de que debía compartir esa cosa sagrada con los demás. Por otra parte, los libros se estaban poniendo bastante caros y a mucha gente se le hacía difícil comprarlos". Voluminosas enciclopedias, ediciones antiguas de sellos como Emecé, Sur, Alfaguara y Planeta, textos divulgativos de secundaria y primaria, además de una hemeroteca con carpetas de noticias clasificadas por temas, que contiene ejemplares de la Revista Nacional de Cultura, Zona Franca, Nuevo Sur y las colecciones completas de las revistas Imagen y Cal, están al alcance del público que puede consultarlos o alquilarlos en El amigo del libro. La bella empresa inútil. La naturaleza de este establecimiento se aleja del lucro, insertándose en las raíces de la filantropía, cuando hablamos de precios: "Mi 'modus operandi' -dice jocosamente el dueño- es que a la persona interesada en alquilar le pido un depósito del valor estimado del libro. Si está de acuerdo, me lo deja y le doy un recibo. Cuando me regresan el libro, le devuelvo el depósito que me hizo y le cobro un alquiler muy módico: como de 300 bolos a la semana". Reza con desvergüenza la conseja popular que "no se sabe quién es más idiota: quien presta un libro o quien lo devuelve". Pues bien, la experiencia de Dolara, luego de más de una década de trabajo con el público, habla muy bien de los llaneros: "Es curioso. Creo que eso responde a la estructura de carácter nacional. La gente es honrada, pero incumplidora. Si le dejo a alguien un libro y le encarezco que me lo devuelva, ellos me juran que lo traen mañana; cuando me lo dicen no mienten, pero nunca lo entregan al día siguiente. En 70% de los casos lo devuelven 15 días o un mes después, por eso los alquilo". La fama del estudioso que alquila sus raros libros ha traspasado las fronteras de Acarigua, por lo que eventualmente se reciben visitas de otros estados: "Muchas personas prefieren venir acá que consultar en Internet. Viene gente de San Carlos, Barquisimeto y hasta de Guanare. Yo dejo que les saquen copia y, en la medida de lo posible, les colaboro. Muchas veces me han planteado que les haga algún trabajo y no estoy dispuesto. A estas alturas de mi vida ya soy un poco mayor para ser corrupto", asevera con rigor. El gobierno regional nunca le ha ofrecido aportes para esta iniciativa privada que, como es obvio, el único lucro que reporta es la alegría por la transmisión del saber: "Nadie ha venido a hacerlo y yo no he querido pedir. Si me hubieran ofrecido ayuda sin exigirme condiciones o compromisos políticos, la hubiese aceptado. A fin de cuentas, esto me cuesta plata que no tengo, pero a mi edad me cuesta transigir con lo que está pasando en el país. Si no lo he hecho hasta ahorita, y he vivido guerras y dos dictaduras, pues me resultaría muy difícil, me sentiría muy mal", comenta con un gesto cansino. Acerca del proceso de refundación política liderado por el presidente Chávez, Jesús Dolara vierte sus consideraciones, fruto de la experiencia: "No hay posibilidad de revolución sin cultura y sin desarrollo. La riqueza de la lengua, por ejemplo, muestra el desarrollo de un país y un país con una lengua pobre, como éste, es un país pobre. En ese aspecto, sí tengo una participación social. Yo sí hago la revolución, porque creo cultura". El afán por lo justo. Tras el aire frágil que desprende por su edad, se encuentran el aplomo y las firmes convicciones políticas de un hombre que combatió en la clandestinidad y luego, desde 1955, en el exilio venezolano, la dictadura de Francisco Franco Bahamonde. Durante muchos años militó en Acción Nacionalista Vasca y, cuando el dictador falleció en 1975, la nostalgia por la segunda patria pudo más: "Como no logramos matarlo o tumbarlo, se nos murió el hombre. Entonces, los vinculados al partido teníamos que tomar una decisión: o regresar o quedarse. Ya no tenía sentido trabajar desde el exterior en una actividad clandestina. El objetivo de los partidos políticos era llegar al poder de manera democrática. Entonces, algunos de mis compañeros regresaron y yo decidí quedarme". Por ese tiempo, al margen de sus actividades como funcionario en el Ministerio de Obras Públicas, decidió incorporarse como activista de una organización internacional cuya naturaleza respondía a los valores defendidos por el estudioso: "En 1975, un grupo de amigos formamos Amnistía Internacional en Venezuela, porque teníamos noticias de esa organización que había trabajado por presos y exiliados políticos españoles en la época de Franco. Nos comunicamos con la secretaría de Amnistía Internacional en Londres y decidieron que éramos gente apropiada, con suficiente experiencia política. Fue entonces cuando empezamos a trabajar". Fue el comienzo de una fructífera carrera en la organización, que lo llevó a ocupar diversos cargos como el de tesorero, coordinador y, finalmente, secretario general de la Sección Venezuela de Amnistía Internacional. Desde su retiro llanero, "el amigo de los libros" se muestra optimista por la presencia de las personas que diariamente recurren a él en búsqueda de conocimiento: "Aunque no abundan, sigue existiendo gente a la que le gusta la lectura. Muchas veces vienen buscando libros que no tengo; esos de autoayuda que están de moda, pero que a mí me dan alergia. De todas maneras siempre trato de orientarlos y decirles que es bueno que lean. Siempre es bueno que lean algo, aunque sea Paulo Coelho, ¿verdad?".

Después de publicada esta entrevista el teléfono no paraba de sonar, muchas personas nos llamaban para donar libros y para felicitar a Txus por tan loable labor. Uno de los reconocimientos que mas le emocionó fue el que publicó Adriano González León, al cual llamó para agradecer personalmente por tan bello articulo, 
Aquí el maravilloso texto de Adriano.

Acarigua siempre fue en mis recuerdos unas calles solitarias, un sol que silbaba sobre las piedras y unas aves en bandada que le dieron el nombre a la tierra, porque se decía en lengua nativa que era la región de las gaviotas. A éstas se podrían mezclar las garzas, apareciendo y desapareciendo en un enorme cielo azul. Me quedó un sentido de tristeza, mezclado con el polvillo de los aserraderos y el saber que estábamos en camino hacia el santuario de Guanare, porque mi madre quería pedirle a la virgen que yo creciera. No se hizo el milagro, pero me quedaron los ecos de los himnos que cantaban los peregrinos y una cierta tristeza que nunca volví a ver. De ambos pueblos procede también mi amistad con Coromoto Landaeta y Alexis Márquez Rodríguez. Ahora se aglomeran los recuerdos y Acarigua crece con el más espectacular de los sucesos, quizás único en el mundo. Un vasco, antiguo  combatiente contra el franquismo, hizo suyo este paisaje. Y produjo una prodigiosa invención. Jesús Dolara creó un lugar llamado El amigo del libro. No se trata de una biblioteca, ni de una librería.
Se trata de un centro especial donde se alquilan libros por un módico precio, según plazos establecidos y el cuidado debido. El lugar es visitado por gentes de los sitios vecinos, y los visitantes se sientan en un mesón donde realizan sus escogencias y promueven las tertulias. Es un verdadero centro cultural, bastante lejos de esos reductos inventados por funcionarios rencorosos y, quizás, a medias alfabetizados. Este se trata de un lugar respetable, donde no se entregan libros de ayuda ni se promueve el facilismo. Los textos ofrecidos en alquiler provienen de editoriales como
Alfagura, Sur, Emecé o Planeta. Se cuenta con dos colecciones completas de las revistas Imagen y Cal. Quizás, dentro de la campaña por la lectura, este sea uno de los mejores ejemplos, al lado de las Bibliomulas del Valle del Momboy, en el estado Trujillo. El amigo del libro, que así se llama el establecimiento, posee más de 10.000 ejemplares. Jesús Dolara confiesa en un reportaje que le agrada que los libros se están estropeando.
Eso implica que la gente se ha metido de lleno en la lectura. Y además ya se dispone de mecanismos de empaste y restauración.En medio de esos recuerdos de tristeza que me embargaban, ha soplado un viento grato y ligero en la región llanera centroccidental de Venezuela.Ahora pueden sonar de nuevo las canciones de los promesantes. Creo que ha surgido un milagro superior al que aspiraba mi madre.
el reconocimiento de la gran labor de Txus con el amigo del libro, no era solo reconocida en la prensa nacional. cada vez que salíamos a la calle o a comer o al centro comercial siempre había alguien que se acercaba a saludarlo, 
Contaré una anécdota para que vean la popularidad y lo conocido que era Txus en Acarigua-Araure, Algo en lo que Txus era realmente venezolano era en comerse los semáforos y nunca tener al día el carnet de conducir, pero sobretodo el certificado medico. Un dia yendo al amigo del libro se comió el semáforo como era su costumbre y de repente se dio cuenta que un fiscal de transito estaba en la esquina viendolo y haciéndole gestos de que se parará. Txus trago saliva hacia como dos años que tenia vencido el certificado medico y pensó que la multa seria inminente, pensando en una excusa plausible buscó su billetera en el bolsillo y con ella en la mano espero al fiscal, al llegar y darle las buenas tardes le pregunto que si en El Amigo del Libro tenia un texto sobre química, que su hija estaba buscando para ver si entendía un tema difícil, Inmediatamente Txus le respondió que si y que fuera al negocio que el mismo le explicaría para que entendiera. Ven como todos lo conocían,