domingo, 17 de abril de 2016

El amigo del libro

portada de 7 días del 26 de agosto de 2007
Este post no tiene nada que ver con lo que he publicado hasta el momento, simplemente recoge la entrevista en El Nacional que le hizo Albinson Linares y que quiero compartir con ustedes para que vean la calidad y calidez de Txus y de su importante labor en esta ciudad. 

a continuación comparto el texto del articulo

El vasco que comparte su amor por los libros
"Yo sí hago la revolución, porque creo cultura" Jesús Dolara es el dueño de El amigo del libro, peculiar establecimiento de Acarigua, donde los ciudadanos pueden alquilar a precios "filantrópicos" libros de interés general y raros volúmenes de las más diversas áreas del saber
Hace unos minutos, gruesos goterones se precipitaron sobre las calles de Acarigua, arrancándole al asfalto su alma de vapor caliente. Los árboles umbrosos de la plaza Andrés Eloy Blanco se alzan con rebeldía ante el cielo gris. Al fondo, el liceo Páez ofrece su mole cuadrada que brilla bajo el tímido sol de este agosto llanero repleto de lluvia. Esta es la vista que se tiene desde El amigo del libro, recinto de modestas proporciones donde el sabio vasco Jesús Dolara ofrece a la comunidad todo el conocimiento que albergan los lomos de más de 10.000 volúmenes. Desde hace 13 años, esta peculiar biblioteca ofrece un servicio inédito en la Venezuela de estos tiempos: el alquiler de libros. Reclinado en el largo mesón donde los estudiantes suelen investigar, Jesús Dolara juguetea con su barba cana mientras se sumerge en los recuerdos. Rememora una España que en 1934 vivía el efímero ensayo de la democracia republicana: "Cuando tenía seis años, cerca de donde vivía, en la ciudad de Bilbao, había una viejita que tenía una venta de cómics en un zaguán. Había unos cinco o seis banquitos pequeños; allí los niños nos sentábamos, y nos alquilaban la lectura de los cómics. Recuerdo que me leí todo Flash Gordon. Cuando crecí, luego de la Guerra Civil, también le alquilaba novelas a una señora en otro zaguán". Hombre de variados intereses que recuerdan a los eruditos renacentistas, Dolara ha cultivado a lo largo de sus 79 años de edad el amor por el conocimiento. Ingeniero de profesión, padece los rigores de una pasión donde el saber científico y humanístico forjaron el tierno maridaje evidenciado en su colección de libros dedicados a las ciencias puras, Historia, Filosofía, Economía, Política y Literatura: "En un principio, adoraba los libros; eran un fetiche. No sólo eran mi alimento cultural, sino que también eran mis dioses. Cuando se me rompía uno, era una tragedia. Ahorita gozo cuando veo que mis libros se están estropeando por el uso. Cuando me jubilé y vinimos para acá, llegué a la conclusión de que debía compartir esa cosa sagrada con los demás. Por otra parte, los libros se estaban poniendo bastante caros y a mucha gente se le hacía difícil comprarlos". Voluminosas enciclopedias, ediciones antiguas de sellos como Emecé, Sur, Alfaguara y Planeta, textos divulgativos de secundaria y primaria, además de una hemeroteca con carpetas de noticias clasificadas por temas, que contiene ejemplares de la Revista Nacional de Cultura, Zona Franca, Nuevo Sur y las colecciones completas de las revistas Imagen y Cal, están al alcance del público que puede consultarlos o alquilarlos en El amigo del libro. La bella empresa inútil. La naturaleza de este establecimiento se aleja del lucro, insertándose en las raíces de la filantropía, cuando hablamos de precios: "Mi 'modus operandi' -dice jocosamente el dueño- es que a la persona interesada en alquilar le pido un depósito del valor estimado del libro. Si está de acuerdo, me lo deja y le doy un recibo. Cuando me regresan el libro, le devuelvo el depósito que me hizo y le cobro un alquiler muy módico: como de 300 bolos a la semana". Reza con desvergüenza la conseja popular que "no se sabe quién es más idiota: quien presta un libro o quien lo devuelve". Pues bien, la experiencia de Dolara, luego de más de una década de trabajo con el público, habla muy bien de los llaneros: "Es curioso. Creo que eso responde a la estructura de carácter nacional. La gente es honrada, pero incumplidora. Si le dejo a alguien un libro y le encarezco que me lo devuelva, ellos me juran que lo traen mañana; cuando me lo dicen no mienten, pero nunca lo entregan al día siguiente. En 70% de los casos lo devuelven 15 días o un mes después, por eso los alquilo". La fama del estudioso que alquila sus raros libros ha traspasado las fronteras de Acarigua, por lo que eventualmente se reciben visitas de otros estados: "Muchas personas prefieren venir acá que consultar en Internet. Viene gente de San Carlos, Barquisimeto y hasta de Guanare. Yo dejo que les saquen copia y, en la medida de lo posible, les colaboro. Muchas veces me han planteado que les haga algún trabajo y no estoy dispuesto. A estas alturas de mi vida ya soy un poco mayor para ser corrupto", asevera con rigor. El gobierno regional nunca le ha ofrecido aportes para esta iniciativa privada que, como es obvio, el único lucro que reporta es la alegría por la transmisión del saber: "Nadie ha venido a hacerlo y yo no he querido pedir. Si me hubieran ofrecido ayuda sin exigirme condiciones o compromisos políticos, la hubiese aceptado. A fin de cuentas, esto me cuesta plata que no tengo, pero a mi edad me cuesta transigir con lo que está pasando en el país. Si no lo he hecho hasta ahorita, y he vivido guerras y dos dictaduras, pues me resultaría muy difícil, me sentiría muy mal", comenta con un gesto cansino. Acerca del proceso de refundación política liderado por el presidente Chávez, Jesús Dolara vierte sus consideraciones, fruto de la experiencia: "No hay posibilidad de revolución sin cultura y sin desarrollo. La riqueza de la lengua, por ejemplo, muestra el desarrollo de un país y un país con una lengua pobre, como éste, es un país pobre. En ese aspecto, sí tengo una participación social. Yo sí hago la revolución, porque creo cultura". El afán por lo justo. Tras el aire frágil que desprende por su edad, se encuentran el aplomo y las firmes convicciones políticas de un hombre que combatió en la clandestinidad y luego, desde 1955, en el exilio venezolano, la dictadura de Francisco Franco Bahamonde. Durante muchos años militó en Acción Nacionalista Vasca y, cuando el dictador falleció en 1975, la nostalgia por la segunda patria pudo más: "Como no logramos matarlo o tumbarlo, se nos murió el hombre. Entonces, los vinculados al partido teníamos que tomar una decisión: o regresar o quedarse. Ya no tenía sentido trabajar desde el exterior en una actividad clandestina. El objetivo de los partidos políticos era llegar al poder de manera democrática. Entonces, algunos de mis compañeros regresaron y yo decidí quedarme". Por ese tiempo, al margen de sus actividades como funcionario en el Ministerio de Obras Públicas, decidió incorporarse como activista de una organización internacional cuya naturaleza respondía a los valores defendidos por el estudioso: "En 1975, un grupo de amigos formamos Amnistía Internacional en Venezuela, porque teníamos noticias de esa organización que había trabajado por presos y exiliados políticos españoles en la época de Franco. Nos comunicamos con la secretaría de Amnistía Internacional en Londres y decidieron que éramos gente apropiada, con suficiente experiencia política. Fue entonces cuando empezamos a trabajar". Fue el comienzo de una fructífera carrera en la organización, que lo llevó a ocupar diversos cargos como el de tesorero, coordinador y, finalmente, secretario general de la Sección Venezuela de Amnistía Internacional. Desde su retiro llanero, "el amigo de los libros" se muestra optimista por la presencia de las personas que diariamente recurren a él en búsqueda de conocimiento: "Aunque no abundan, sigue existiendo gente a la que le gusta la lectura. Muchas veces vienen buscando libros que no tengo; esos de autoayuda que están de moda, pero que a mí me dan alergia. De todas maneras siempre trato de orientarlos y decirles que es bueno que lean. Siempre es bueno que lean algo, aunque sea Paulo Coelho, ¿verdad?".

Después de publicada esta entrevista el teléfono no paraba de sonar, muchas personas nos llamaban para donar libros y para felicitar a Txus por tan loable labor. Uno de los reconocimientos que mas le emocionó fue el que publicó Adriano González León, al cual llamó para agradecer personalmente por tan bello articulo, 
Aquí el maravilloso texto de Adriano.

Acarigua siempre fue en mis recuerdos unas calles solitarias, un sol que silbaba sobre las piedras y unas aves en bandada que le dieron el nombre a la tierra, porque se decía en lengua nativa que era la región de las gaviotas. A éstas se podrían mezclar las garzas, apareciendo y desapareciendo en un enorme cielo azul. Me quedó un sentido de tristeza, mezclado con el polvillo de los aserraderos y el saber que estábamos en camino hacia el santuario de Guanare, porque mi madre quería pedirle a la virgen que yo creciera. No se hizo el milagro, pero me quedaron los ecos de los himnos que cantaban los peregrinos y una cierta tristeza que nunca volví a ver. De ambos pueblos procede también mi amistad con Coromoto Landaeta y Alexis Márquez Rodríguez. Ahora se aglomeran los recuerdos y Acarigua crece con el más espectacular de los sucesos, quizás único en el mundo. Un vasco, antiguo  combatiente contra el franquismo, hizo suyo este paisaje. Y produjo una prodigiosa invención. Jesús Dolara creó un lugar llamado El amigo del libro. No se trata de una biblioteca, ni de una librería.
Se trata de un centro especial donde se alquilan libros por un módico precio, según plazos establecidos y el cuidado debido. El lugar es visitado por gentes de los sitios vecinos, y los visitantes se sientan en un mesón donde realizan sus escogencias y promueven las tertulias. Es un verdadero centro cultural, bastante lejos de esos reductos inventados por funcionarios rencorosos y, quizás, a medias alfabetizados. Este se trata de un lugar respetable, donde no se entregan libros de ayuda ni se promueve el facilismo. Los textos ofrecidos en alquiler provienen de editoriales como
Alfagura, Sur, Emecé o Planeta. Se cuenta con dos colecciones completas de las revistas Imagen y Cal. Quizás, dentro de la campaña por la lectura, este sea uno de los mejores ejemplos, al lado de las Bibliomulas del Valle del Momboy, en el estado Trujillo. El amigo del libro, que así se llama el establecimiento, posee más de 10.000 ejemplares. Jesús Dolara confiesa en un reportaje que le agrada que los libros se están estropeando.
Eso implica que la gente se ha metido de lleno en la lectura. Y además ya se dispone de mecanismos de empaste y restauración.En medio de esos recuerdos de tristeza que me embargaban, ha soplado un viento grato y ligero en la región llanera centroccidental de Venezuela.Ahora pueden sonar de nuevo las canciones de los promesantes. Creo que ha surgido un milagro superior al que aspiraba mi madre.
el reconocimiento de la gran labor de Txus con el amigo del libro, no era solo reconocida en la prensa nacional. cada vez que salíamos a la calle o a comer o al centro comercial siempre había alguien que se acercaba a saludarlo, 
Contaré una anécdota para que vean la popularidad y lo conocido que era Txus en Acarigua-Araure, Algo en lo que Txus era realmente venezolano era en comerse los semáforos y nunca tener al día el carnet de conducir, pero sobretodo el certificado medico. Un dia yendo al amigo del libro se comió el semáforo como era su costumbre y de repente se dio cuenta que un fiscal de transito estaba en la esquina viendolo y haciéndole gestos de que se parará. Txus trago saliva hacia como dos años que tenia vencido el certificado medico y pensó que la multa seria inminente, pensando en una excusa plausible buscó su billetera en el bolsillo y con ella en la mano espero al fiscal, al llegar y darle las buenas tardes le pregunto que si en El Amigo del Libro tenia un texto sobre química, que su hija estaba buscando para ver si entendía un tema difícil, Inmediatamente Txus le respondió que si y que fuera al negocio que el mismo le explicaría para que entendiera. Ven como todos lo conocían,  

2 comentarios:

  1. Que buenas historias, lamento no haberlo conocido

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  2. Buenas noches profesora Dolara , siento su profundo dolor aunque son dos añosde su partida a otro estado, no lo sabia ya que en el 2016 estaba en canarias ,llegue en el 2016 en diciembre me fui a chile ya que mi hijo el médico que se fue desesperado de Venezuela me necesitaba . llegué 2017, yo pienso que el ser humano está un determinado tiempo en la tierra unos corto tiempo otros largo tiempo venimos a cumplir una misión y al terminar pasamos a otro plano ya que para mi el espíritu no muere por lo tanto no debemos entristecernos siempre su espíritu nos acompañará.saludos y Dios me la bendiga.

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