domingo, 13 de marzo de 2016

Universidad, milicia y algo de estraperlo

Txus a los 18 o 19 años 
Al salir del colegio, ya formado como tornero y con 19 años, Txus va a vivir en la calle Autonomía.  En el piso estaban viviendo Emilia, Juan, recién casado con Mari, y Pepín.  Esta casa se convirtió en el refugio y hogar de muchos de los jóvenes que iban saliendo del “colegio”. La protección y el cuidado de los Dolara, pero sobre todo de la amorosa y maternal Mari significó para muchos la única familia que poseían.
Txus quería muchísimo a Mari, la consideraba como su madre. Mujer generosa y cariñosa, que tuve el gusto de conocer, hablaba de Txus con verdadero amor filial. Juan y Mari fueron para él sus padres de postguerra, lo visitaban en el colegio, lo sacaban a pasear y le ayudaron a superar, con su afecto, el abandono y la tristeza de los primeros años.
La familia en pleno decidió que la inteligencia de Txus no debía malgastarse, para todos era obvio que estaban ante un “sabiondillo”,  leía vorazmente,    sabía de todo y los impresionaba con su vasto y profundo conocimiento a pesar de su juventud.  Consideraron que era imprescindible que continuara estudiando  y que había llegado el momento de vender las  acciones que el señor Casimiro le  había dejado en herencia  a cada uno de sus hijos. Las de Txus no se habían tocado pese a las penurias  y con su anuencia  fueron vendidas  para costear su formación universitaria, gracias a ellas pudo estudiar en la Escuela  de Ingenieros de Vizcaya.
Escuela de Ingenieros de Vizcaya
Las condiciones de hambre y pobreza todavía continuaban. Toda la familia de la calle autonomía se sacrificó para que Txus pudiera estudiar. Txus me relataba como en esa época solo contaba con unos zapatos grandes y con huecos enormes en la suela, que gracias a los cartones y papel que les colocaba paleaban los fríos días de invierno y el continuo, y eterno,  txirimiri Bilbaíno y  un abrigo varias tallas más grande que usaba indistintamente en todas las estaciones del año, para ocultar la ajada y remendada ropa que usaba.
Arrastrando los pies y con su gran abrigo asistía a clases. Su lamentable indumentaria lo  avergonzaba  frente a sus compañeros y profesores  pero reconocía que siempre tuvieron la delicadeza de no comentar, ni burlarse de su atuendo.  De esta época recordaba, también, su hambre insaciable, casi todos los días iba a comer al colegio y después comía  en su casa, pero el hambre seguía ahí, insatisfecha siempre, viviendo en su memoria.
Al cursar el tercer año de estudios se alisto en la milicia universitaria, una  modalidad voluntaria para  realizar el servicio militar obligatorio. La milicia le proporcionó muchas cosas, pero una de las que más agradeció toda la vida fueron unas preciosas botas de montar que le permitieron deshacerse de los horribles zapatos y que lo acompañarían hasta en su viaje a Venezuela.
Fue un excelente alumno, estudioso y preocupado que pronto se granjeo el afecto y consideración de sus compañeros y profesores. Txus poseía “don de gentes” y todos los que lo conocieron saben que este término que reúne un montón de cualidades: Afable, honesto, amable, bueno, confiable, sincero, amigo, predispuesto, solidario, comprometido, simple, humilde, ético, de buena moral, con tino y gracia especial, buen trato, respetuoso y de respeto; es el término que mejor lo que describía.
Pero la vida de ese periodo no se limitó exclusivamente a la educación formal, muchas anécdotas de esta época fueron narradas con alegría o tristeza, con lágrimas o con risa y son parte de nuestros referentes familiares y amistosos. Trataré de dar cierta organización a estos relatos, que lo único que tienen en común es que pertenecen al periodo comprendido entre 1946 y 1955.
Los cuentos que implicaban a Pepín, siempre fueron los más hilarantes.  Su primo Pepín, siempre mostró una extraordinaria capacidad para sobrevivir.  Los avatares de la guerra y, posteriormente, la postguerra lo llevo a ser parte de la familia Dolara de la calle autonomía. Hombre inteligente y ágil con los negocios buscó en el estraperlo (contrabando) una salida a la necesidad reinante y en ese negocio colocó a todo la familia, desde el estudioso Txus hasta el serio Juan, pasando por todos los habitantes temporales, ex alumnos del colegio, que pasaron por aquel piso.
Pepín se dedicó al contrabando de tabaco, de leche, de medias de seda, en fin a todo lo que escaseaba y que se compraba a precio de oro. Ponía a sus empleados a buscar aserrín en los aserraderos, carpinterías, colillas y empaques vacíos de cigarrillos, estos recogían todo lo que podían. En el piso habían montado una especie de fábrica con una máquina para hacer cigarrillos.  Mientras unos mezclaban el aserrín con un poco de tabaco comprado por Pepín o extraído de las colillas, otros iban armando los cigarrillos y otros empaquetándolos, era toda una fábrica artesanal bien organizada que aun vivío  una sublevación de los empleados para exigir aumento salarial.  Un día todos empezaron a hablar que el único que se beneficiaba de su trabajo era Pepín y decidieron hacer una huelga de brazos caídos, se negaron a trabajar hasta que no les aumentaran la paga. Esta rebeldía duró poco tiempo pues lograron su objetivo en algunos días.
maquina de hacer cigarros 
Los clientes de Pepín estaban dentro de las altas esferas del régimen, todavía Txus se sorprendía como su primo vendía a policías, autoridades y a altos jerarcas aquellos cigarrillos que lo menos que tenían eran tabaco. Un día el dueño del bar de abajo les aviso que estaba la secreta buscando a Juan. El pánico se apoderó de los trabajadores ilegales y Juan escapó a toda prisa, había mucho material del que deshacerse y mientras el dueño del bar entretenía a la policía para que Juan escapara los muchachos se dedicaron a tirar a la poceta todo lo que los comprometiera. Pero la policía no buscaba a Juan, buscaba a Pepín, que “casualmente” no se encontraba en la casa. Tardo días en aparecer y se molestó muchísimo por la pérdida de todos los recursos, durante un tiempo asignó a Txus para la repartición de los paquetes, pues a él lo estaban vigilando.
Otro negocio boyante  fue la venta de leche que Pepín traía del pueblo y que  adulteraban con agua. Este negocio fue el más floreciente,  al que consagró Pepín toda  su vida, y lo convirtió en un próspero empresario de lácteos. Pepín  y Txus fueron entrañables y con el sibarita Pepín recorríamos los mejores restaurantes del País Vasco cada vez que viajamos, esta degustación gourmet siempre era aderezada con los cuentos y peripecias de esa época.
triciclo similar al usaban para repartir leche 
La milicia universitaria le dejó a Txus recuerdos perdurables. La milicia se dividía en dos periodos, el primero de instrucción donde seleccionaban el cuerpo al que iban a pertenecer y del que salían como alférez y el segundo de prácticas en el acuartelamiento que escogieran. Txus realizó el servicio, como alférez de artillería,  en Monte de la Reina y en Melilla respectivamente.
De su estadía en Monte la Reina recordaba sus éxitos en la instrucción militar y la admiración de sus compañeros. Su entrenamiento pre militar desde la más temprana infancia brindó sus frutos, lo que para los otros era una vida dura y llena de escasez para Txus era la continuación de su vida. Su solidaridad y su disposición para apoyar y ayudar a los compañeros le reporto amigos de por vida. Evocaba como en invierno se bañaba en las frías y caudalosas aguas del río Duero bajo la mirada atenta de los pobladores de Fresno de la Ribera y como en un acto de heroísmo salvo a uno de los vecinos de ahogarse en sus aguas. Como se escapan en la noche, atravesando el río, con la ropa en la cabeza para tomar unos chiquitos en los bares del pueblo y ver a las muchachas asomadas a las ventanas esperando que ellos pasaran.
campamento de Monte la Reina Zamora 
Pero su estadía en  Melilla tuvo mayor impacto, el escoger África para su acuartelamiento le significó descubrir nuevos pueblos y culturas y su curiosidad innata lo llevo a relacionarse con la comunidad judía y la musulmana. Le despertó una gran pasión por los caballos y seleccionaba siempre, para montar,  los indomables, los rebeldes. Contaba como una yegua amañada que no resistía jinete alguno se convirtió en su favorita y como después de un largo proceso, que incluyó largas cabalgatas a la orilla del mar y múltiples caídas, logro hacerla su amiga, pero que esta amistad se terminaba cuando la yegua, después de un paseo se acercaba a la cuadra y con un ímpetu desesperado empezaba a correr como un alma en pena y él se abrazaba a su cuello para no ser derribado por la pared del establo.

Melilla simbolizó el descubrimiento de un mundo plural y diferente, al que se acercó sin los prejuicios tan propios de su época y que valoró y acepto sumido en la tolerancia que siempre le acompaño. Se desveló por una mora, compartió té en el zoco con musulmanes, cenó en casa de familias judías  y descubrió culturas fascinantes que hasta el momento desconocía.

la mora que desveló a Txus
Al graduarse de ingeniero comienza a trabajar en Altos Hornos de Vizcaya y permanecerá ahí hasta que decide venirse a Venezuela. Su trabajo de Ingeniero químico en los laboratorios de la fábrica le da cierta estabilidad laboral y económica pero también le permite adentrarse en la vida de los obreros, en sus necesidades y en su lucha soterrada por la libertad y el nacionalismo. Txus se identifica con ellos y ellos que conocen su historia lo reconocen y aceptan como uno mas. España empieza a resultarle asfixiante y decide irse a otro país. la  decisión y la elección de Venezuela, como muchas otras en su vida,  están unidas a la lectura.
Video de Altos Hornos 1950
A partir de los años 50, dado el anticomunismo furibundo y la posición “neutral “del franquismo durante la segunda guerra mundial, empieza un acercamiento entre  Estados Unidos y España, que va a generar que el régimen sea aceptado por el mundo y que los españoles superen el hambre y se enfilen al progreso material. Con esta apertura se abren nuevas bibliotecas auspiciadas por el gobierno norteamericano y Txus feliz se inscribe en todas ellas para leer libros que hasta el momento le estaban vetados. Uno de los libros que cayó en sus manos y que sello su futuro fue “Canaima” de Rómulo Gallegos.

Mientras leía; seducido por el ambiente, la cultura y el clima de la novela y asfixiado por las restricciones, la falta de libertad y la limitada vida que le ofrecía el régimen; pensó que esta tierra de gracia, llamada Venezuela, se presentaba como el lugar ideal para emigrar. Convenció a algunos amigos y en 1955, con 28 años de edad, con algunos ahorros y calzando sus botas de montar  se embarcan desde el puerto de Bilbao, en un carguero que llevaba algunos pasajeros, a la tierra prometida, una tierra que  imagina voluptuosa y exuberante como la selva tropical que describe Gallegos. 
despedida antes de venir a Venezuela, a su derecha su novia del momento

Antes de zarpar
Para que se ubiquen los invito a ver  este video del Bilbao de los años 50. Aprovecho para contarles una anécdota que se me olvidó narrar, En una visita de Franco a Bilbao los niños del colegio fueron invitados y en la primera fila victoreaban a Franco, en un momento que paso al lado de Txus, él levanto su mano y le tocó la barriga. se jactaba entre risas y con su mirada picara que era el único vasco que le habia tocado la barriga a Franco.  







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